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Actualmente existen múltiples terapias para el manejo de la obesidad, dentro de las cuales se encuentra el balón gástrico, que se encarga de ocupar espacio dentro del estómago induciendo saciedad y retraso del vaciamiento gástrico, lo que lleva a una menor ingesta de alimentos por disminución de la capacidad del estómago y saciedad prolongada. Este se implanta endoscópicamente, se debe llenar con solución salina, y algunos pueden permanecer en el estómago hasta por 12 meses. Su principal ventaja es que preserva la anatomía del estómago, además de que es un procedimiento seguro y el riesgo de eventos adversos graves es bajo.
El objetivo de este dispositivo es conseguir una pérdida de peso considerable en pacientes que sufren de obesidad, esto debido a que el sobrepeso es un factor de riesgo para sufrir de otras enfermedades graves como la enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERGE), apnea obstructiva del sueño, hígado graso, diabetes mellitus tipo 2, enfermedades cardiovasculares como hipertensión arterial, dislipidemia, insuficiencia cardiaca entre otras. Los candidatos ideales para este tipo de terapia son aquellos que se encuentren con un índice de masa corporal entre 30-40, que no deseen o no puedan someterse a un procedimiento quirúrgico y que hubiesen intentado perder peso mejorando su dieta y sus hábitos de ejercicio. Dentro de las principales contraindicaciones para la inserción de un balón gástrico se encuentran los pacientes con antecedentes de cirugías en el esófago o el estómago, cualquier trastorno inflamatorio del estómago (p. ej., Úlceras, enfermedad inflamatoria intestinal) o una hernia hiatal grande (≥5 cm), estar en estado de embarazo, tener antecedente personal de enfermedades cardio pulmonares, renales o del hígado, enfermedades psiquiátricas o algún trastorno psicológico importante previo o actual, alcoholismo o consumo de drogas, incapacidad de tomar decisiones y /o antecedente de coagulopatías.
Lo que el paciente debe saber cuándo está considerando ponerse un dispositivo como este es que es altamente seguro y con resultados evidentes. La pérdida de peso en promedio durante los primeros 6 meses es de aproximadamente un 18% del peso corporal total del paciente, y de este porcentaje hasta un 70% logra mantener esa pérdida en los siguientes 12 meses (1). Para la realización del procedimiento se requiere mantener un ayuno de al menos 8 horas y es necesario que se utilice sedación y/o anestesia general en casos particulares. Además, la colocación y extracción de estos dispositivos es fácil de dominar, pero requieren que el médico que los realiza sea endoscopia con un equipo entrenado y un programa para apoyar y realizar un seguimiento apropiado a sus pacientes. Para solucionar los síntomas que pueden ocurrir con el balón y asegurar buenos resultados a largo plazo, un requisito previo es tener acceso a un programa multidisciplinario que incluya nutricionistas, psicólogos o psiquiatras y médicos del deporte.
Una vez colocado el balón, en los primeros días le será indicada una dieta de líquidos claros a partir de 6 horas posteriores al procedimiento y hasta aproximadamente la segunda semana cuando se pueden iniciar alimentos blandos. La alimentación regular podrá darse sobre la tercera semana cuando ya hay mejor tolerancia a sólidos. Como eventos secundarios le será informado que es común que se presenten síntomas como náuseas, vómito y un leve dolor abdominal que es normal debido al proceso de adaptación del estómago. Lo más común es que estos se resuelvan en un periodo máximo de 2 semanas y no dejen secuelas. Otros eventos realmente raros que pueden llegar a presentarse a pesar de la adecuada elección de la técnica y de su correcta realización son alergia a alguno de los componentes del balón, medicamentos usados en la sedación o control de los síntomas iniciales, ruptura espontánea o desinflado del mismo.
Por último, una consideración importante a tener en cuenta es que estos dispositivos no son una solución permanente o destinada al mantenimiento de peso, son solo la puerta de entrada para que el paciente logre una pérdida de peso inicial y adquiera hábitos de vida más saludables que deben permanecer incluso después de retirado el balón para que los resultados realmente puedan permanecer a largo plazo.
Recuerda siempre consultar con una especialista, quien te guiará para tomar la mejor decisión y te explicará las ventajas y beneficios de usar un balón gástrico de excelente calidad.
Fuente: Intragastric Balloons for Obesity Management, Barham K. Abu Dayyeh, MD, MPH. 2017
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